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El grupo de restauración Ochenta Grados ha abierto las puertas de un nuevo local en Madrid. Se trata de un establecimiento de unos 300 metros cuadrados de dos plantas, ubicado en el barrio de Montecarmelo. Siguiendo la dinámica de otros espacios desarrollado por MIL Studios, el cliente quería que fuese divertido, joven, desenfadado, instagrameable y donde pasaran cosas constantemente.

Concebido en origen como una guardería, lo más destacable del local era su altura, lo que permitía jugar con elementos de techo que marcaran la diferencia. La primera intervención fue abrir completamente la fachada al exterior, con enormes ventanales de suelo a techo en perfilería negra, que permitía el paso de luz natural y atrayendo las miradas de los transeúntes.

Al restaurante se accede a través de un hall acústico que en la parte de arriba, aloja al DJ, pues el restaurante se convierte, las noches del fin de semana, en un club donde tomar copas.

Los materiales y la iluminación son dos de los pilares fundamentales que definen este proyecto. Por un lado, encontramos el cemento, que se queda un poco rugoso buscando contraste con materiales más cálidos.

En cuanto a la iluminación, además de la luz natural que nos acompaña por el día gracias a los ventanales, también tenemos iluminación decorativa, en forma de haces de luces que nos van generando arquitectónicamente los espacios.

Todo el mobiliario y decoración es 100% MIL Studios.